Para empezar, la violencia doméstica es algo que debe abordarse como un problema del mundo real que ocurre a nuestro alrededor. Nuestra Región no es una excepción. Mi familia se encuentra actualmente en medio de las dificultades que conlleva escapar de la mala situación en la que estábamos. Las barreras que tenemos ahora mientras navegamos por el sistema judicial, la seguridad y la escuela parecen algunos días tan difíciles como la violencia misma.

Al tratar de confirmar nuestra seguridad, busqué servicios legales para que me ayudaran a mantener nuestra Orden de Protección vigente, pero no salió bien. Afortunadamente, pude representarme a mí mismo en el tribunal después de que mi abogado no se presentó. Aunque eso ya está vigente, luchamos contra avisos de cierre, costos de cuidado infantil, falta de seguro e intentos de obtener horas de trabajo social para los niños. Toda esta historia no es algo que sepa cómo manejar, es nueva todos los días, lo que significa que contactar al sistema escolar para proporcionar documentación de servicios de protección y solicitar trabajo social apropiado para mis hijos no es fácil. Me encantaría brindarnos a todos servicios de asesoramiento familiar, pero las listas de espera son largas, la práctica privada está fuera de nuestro presupuesto y no está claro cómo encontrar opciones.

Mi familia necesita que los servicios de violencia doméstica sean bien conocidos y gritados a los cuatro vientos. La comunicación y la ayuda oculta sólo añaden más dificultad a una situación que ya es difícil. Nadie debería considerar permanecer en una situación violenta porque escapar no parezca una opción.

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